miércoles, 4 de septiembre de 2013

ANHELO DE DIOS


Mi querido Señor,

Sólo puedo decirte lo que ya sabes
      No anhelo nada, sino a Ti,
      nada sino santidad,
      nada sino unión con tu voluntad.

Tú me has dado estos deseos,
      y sólo Tú puedes satisfacerlos.

Mi alma anhela tener comunión contigo,
    Y mortificar la corrupción que mora en mí,
      sobre todo el orgullo espiritual.

¡Qué precioso es
    tener un sentido sensible y clara comprensión
      del misterio de la piedad,
      de la verdadera santidad!

¡Qué bendición  es ser como Tú
    tanto como es posible para una criatura
      ser como su Creador!

Señor, dame más de tu semejanza;
Ensancha mi alma para contener plenitud de santidad;
Involúcrame en vivir más para Ti.

Ayúdame a estar menos satisfecho con mis experiencias
      espirituales;
    cuando me sienta a gusto después de dulce comunión,
    enséñame que es muy poco lo que sé y lo que hago.

Bendito Señor,
    Dejadme subir cerca de Ti,
    y amarte, y anhelarte, y suplicarte, y luchar
      contigo,

   y gemir por liberación del cuerpo de pecado,
    porque mi corazón está errante y sin vida,
    y mi alma llora al pensar que jamás debe
      perder de vista a su Amado.

Envuelve mi vida en el amor divino,
    y mantenme siempre anhelante de Ti,
    siempre humilde y sumiso a tu voluntad,
    más centrado en Ti mismo,
    y así pueda estar más apto para servir
      y para sufrir.


Por Arthur Bennett - editor de “The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

sábado, 31 de agosto de 2013

LA CENA DEL SEÑOR



Dios de todo bien,

Te bendigo por tu palabra predicada y tu cena servida;
       enséñame a ver en ellos tus propósitos de amor,
       fuerza y alegría para mi alma.

Tú has preparado un banquete para mí;
    y aunque indigno soy de sentarme como invitado,
     sobre los méritos de Cristo totalmente descanso, 
     y bajo su justicia me escondo;

Cuando escucho su tierna invitación 
      y veo su maravillosa gracia,
No puedo dudar, sino que voy a ti con amor.
Aviva por tu Espíritu mi fe para discernir correctamente 
    y para recibir espiritualmente al Salvador.

Mientras contemplo los emblemas de
      la muerte de mi Salvador,
   permíteme meditar la razón de su muerte,
   déjame oírle decir;
      "Yo di mi vida para comprar la tuya,
      me presenté a mí mismo como ofrenda para expiar
        tu pecado,
      derramé mi sangre para borrar tu culpa,
      mi costado fue abierto para limpiarte,
      soporté tus maldiciones para liberarte,
      llevé tu condenación para satisfacer
        la justicia divina".

Oh que pueda comprender la anchura y longitud
      de éste, tu diseño,
    que pueda acercarme, obedecer, extender la mano,
    tomar el pan, recibir la copa,
    comer y beber, confesarte ante todos;
       que gozosamente y por mi bien, con fe,
         reverencia y amor, recibo a mi Señor,
       para que sea mi vida, fuerza, sustento,
         gozo y deleite.

En la cena recuerdo tu eterno amor,
      tu gracia sin límites, tu infinita compasión,
      tu agonía, cruz y redención,
    y puedo recibir seguridad de perdón, adopción,
      vida y gloria.

Así como los elementos externos nutren mi cuerpo,
    así también Tu Espíritu que mora en nosotros fortalezca
      mi alma,
    hasta el día en que ya no tenga hambre y sed,
    y pueda sentarme con Jesús en su fiesta celestial.




Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth.

viernes, 3 de mayo de 2013

DIOS DISFRUTADO


Dios incomprensible,
pero atento a las oraciones,

Conocido, pero más allá del conocimiento,
            revelado, y a la vez oculto,
            mi situación y mis necesidades me atraen a ti,
    porque Tú nunca has dicho: "Me buscáis en vano".

Acudo a Ti en medio de mis dificultades, necesidades,
      angustias;
 Invádeme de Ti,
      con un espíritu de gracia y de oración,
      con una disposición piadosa,
      con calidez en el compañerismo,
  de manera que en las preocupaciones comunes de la vida
      mis pensamientos y deseos asciendan a Ti,
    y en continua devoción pueda encontrar un tesoro
      que calme mis dolores,
      santifique mis éxitos,
      y me haga apto en todas las formas de trato
      con mis semejantes.

Te bendigo porque me has hecho capaz
    de conocerte, el Creador de todo ser,
    de asemejarme a Ti, la Excelencia de toda perfección,
    de disfrutar de Ti, la Fuente de toda felicidad.

Oh Dios, asísteme en cada etapa de mi peregrinaje
      arduo y lleno de pruebas;
    Necesito los mismos consejos, defensa, aliento
      que obtuve al inicio.

Deja que mi religión sea más evidente a mi conciencia,
    más perceptible a los que me rodean.

Así como Jesús me representa en el cielo,
    ayúdame a reflejarlo en la tierra,
Mientras Él  intercede por mí, permíteme proclamar
    su alabanza.

Mantén tu dulce bondad
    hacia mí,
Esté despierto o dormido, que tu presencia
      vaya conmigo,
    tu bendición me acompañe.

Tú me has guiado y he encontrado tus
      promesas verdaderas,
He estado triste, pero tú has sido mi socorro,
    temeroso, pero me has librado,
    desesperado, pero me has levantado.
Sobre mí están tus votos;
    Te tributaré alabanzas, oh Dios.



Por Arthur G. Bennett
editor de “The Valley of Vision: A collection of Puritan Prayers & Devotions”
publicado por Banner of Truth

martes, 29 de enero de 2013

MISERICORDIAS DIVINAS


Dios Eterno,

Tu grandeza es incomparable; tu bondad,
          indescriptible; tu gracia, super-abundante;

Si pudiera contar la arena en la orilla del mar
    podría contar tus favores hacia mí;
Conozco sólo una parte de ellas, pero esa parte supera toda alabanza.

Te doy gracias por tus misericordias;
    mi estado de salud, tu cuidado de mi cuerpo,
    las comodidades en el hogar, los alimentos y vestimentas suficientes,
    la duración de mis capacidades mentales,
    por mi familia, su ayuda y apoyo mutuos,
      las delicias de la armonía y la paz en el hogar,
      los asientos ahora ocupados que podrían haber estado vacíos,
    mi país, mi iglesia, mi Biblia, mi fe.

Pero, ¡Oh! Cómo lamento mi pecado, mi ingratitud, mi vileza,
    los días que se suman a mi culpa,
    los momentos que escucharon mi lengua ofensiva;

Todas las cosas en el cielo y la tierra; alrededor, dentro y fuera,
      me condenan -
    el sol que ve mis fechorías,
    las tinieblas que son luz para ti,
    el acusador cruel que justamente me señala,
    los buenos ángeles a los que he incitado a dejarme,
    tu rostro que escudriña mis pecados secretos,
    tu ley justa, tu Palabra Santa,
    mi conciencia manchada por el pecado, mi vida privada y
      y mi vida pública,
    mis vecinos, yo mismo -
        Todos escriben cosas oscuras en mi contra.

Yo no las niego, ni interpongo alguna excusa, sino que confieso,
    'Padre, he pecado';
Y sin embargo, todavía vivo, y corro arrepentido a tus brazos extendidos;
    Tú no me echarás fuera, pues Jesús me lleva a tu lado,
    Tú no me condenarás, pues Él murió en
      mi lugar,
    tú no recordarás mis montañas de pecado,
      pues él todo lo ha borrado,
    y su belleza cubre mis deformidades.

¡Oh, mi Dios, me he despedido del pecado 
      al apegarme a la cruz,
      al esconderme en sus heridas, 
      y al refugiarme a su lado.



Por Arthur G. Bennett
editor de “The Valley of Vision: A collection of Puritan Prayers & Devotions”
publicado por Banner of Truth

martes, 15 de enero de 2013

LA VOLUNTAD DIVINA


Oh, Señor,

Me aferro a ti; veo, creo y vivo,
       cuando tu voluntad es hecha, no la mía;

No puedo reclamar nada a mi favor
    respecto a dignidad o gracia alguna,
    respecto a tu providencia y tus promesas,
    solamente tu buena voluntad.
Si tu misericordia me hace pobre y vil, ¡bendito seas!

Las oraciones que surgen de mis necesidades me preparan 
    para misericordias futuras;
Ayúdame a honrarte al creerte antes que sentirte,
    porque grande es el pecado si hago al sentir una
      causa de fe.

Muéstrame qué pecados te esconden de mí
    y eclipsan tu amor;
Ayúdame a caminar en humildad por mis maldades pasadas,
y a resolver caminar con más cuidado,
Porque si no camino santamente delante de ti,
    ¿cómo puedo estar seguro de mi salvación?

A los mansos y humildes haces conocer
      tu pacto,
    conocen tu voluntad, son perdonados y sanados,
    ellos por fe dependen y descansan en tu gracia,
    son santificados y vivificados,
    son evidencia de tu amor.

Ayúdame a orar con fe y así encontrar tu voluntad,
    aferrándome fuertemente a tu misericordia rica y gratuita,
    creyendo que darás lo que tú has prometido;

Fortaléceme para orar con la convicción
    de que todo lo que recibo es un regalo tuyo,
    de manera que pida hasta que la oración sea concedida;

Enséñame a creer que todos los grados de la misericordia surgen
    de varios grados de oración,
    que cuando la fe se inicia es imperfecta y debe crecer,
    como la tierra agrietada que se abre más y más
      hasta que la lluvia viene.

Así esperaré tu voluntad, y rogaré para que sea hecha,
    y por tu gracia llegaré a ser completamente obediente.



Por Arthur G. Bennett
editor de “The Valley of Vision: A collection of Puritan Prayers & Devotions”
publicado por Banner of Truth