Mi querido Señor,
Sólo puedo decirte lo que ya sabes
No anhelo nada, sino a Ti,
nada sino santidad,
nada sino unión con tu voluntad.
Tú me has dado estos deseos,
y sólo Tú puedes satisfacerlos.
Mi alma anhela tener comunión contigo,
Y mortificar la corrupción que mora en mí,
sobre todo el orgullo espiritual.
¡Qué precioso es
tener un sentido sensible y clara comprensión
del misterio de la piedad,
de la verdadera santidad!
¡Qué bendición es ser como Tú
tanto como es posible para una criatura
ser como su Creador!
Señor, dame más de tu semejanza;
Ensancha mi alma para contener plenitud de santidad;
Involúcrame en vivir más para Ti.
Ayúdame a estar menos satisfecho con mis experiencias
espirituales;
cuando me sienta a gusto después de dulce comunión,
enséñame que es muy poco lo que sé y lo que hago.
Bendito Señor,
Dejadme subir cerca de Ti,
y amarte, y anhelarte, y suplicarte, y luchar
contigo,
y gemir por liberación del cuerpo de pecado,
porque mi corazón está errante y sin vida,
y mi alma llora al pensar que jamás debe
perder de vista a su Amado.
Envuelve mi vida en el amor divino,
y mantenme siempre anhelante de Ti,
siempre humilde y sumiso a tu voluntad,
más centrado en Ti mismo,
y así pueda estar más apto para servir
y para sufrir.
Por Arthur Bennett - editor de “The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth