lunes, 10 de diciembre de 2012

EL AUTOR


¡Oh Supremo Autor de todo!

Que siempre
     este subordinado a ti,
     sea dependiente de ti,
     me encuentre en el camino por donde tú vayas,
           y donde tu Espíritu se mueva,
     tenga cuidado de no alejarme de ti,
           de volverme insensible a tu amor.

Tú no mueves a los hombres como piedras,
    pero les infundes vida;
    no para que se muevan sin ti,
    sino en sumisión a ti, el primer motor.

Oh Señor, estoy asombrado de la diferencia
    entre lo que recibo y lo que merezco,
    entre el estado en que ahora estoy y mi pasado
      falto de gracia,
    entre el cielo al que me has destinado y
      el infierno del que soy digno.

¿Quién me dio esta distinción, sino tú?
    yo no estaba mas listo para recibir a Cristo
      que los demás;

Yo no podría haber empezado a amarte, si Tú no me hubieras
    amado primero,
    ni podría haberte aceptado a menos que me hubieras movido tú.

¡Oh que gracia que una corona así se ajuste a la cabeza de tal
    pecador!
    que una distinción tan alta sea para una persona
      tan infructuosa!
    tales alegrías para un rebelde tal vil!
La sabiduría infinita ha diseñado la salvación
    en que somos comprados, y somos liberados;

Sea escrito "Ira merecida" en la puerta del infierno,
Pero "Don gratuito de la gracia" en la puerta del cielo.

Sé que mis sufrimientos son resultado de mi
    pecar
    pero en el cielo, lo uno y lo otro cesarán;

Concédeme alcanzar este refugio, aun 
      a pesar de las tormentas,
    que los vientos de tu misericordia me lleven con seguridad
      a buen puerto.

Que tu amor me acerque a Ti,
    me libere del pecado, me ayude a morir a este mundo,
    y me prepare para mi salida de aquí.

¡Asegúrame con tu gracia mientras navego a través de este
    mar tormentoso!



Por Arthur Bennett - Editor del libro:
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

jueves, 15 de noviembre de 2012

EL GRAN DIOS


¡Oh fuente de todo bien!

Destruye en mí todo pensamiento altivo,
            rompe mi orgullo en pedazos y dispérsalo
      a los vientos,
Aniquila cada pegajosa pizca de
      justicia propia,

Coloca en mí verdadera humildad de espíritu,
Humíllame hasta que me deteste y aborrezca a sí mismo,
Abre en mí un manantial de lágrimas de arrepentimiento,

Quebrántame, y luego véndame;
y así mi corazón será un lugar preparado
      para Ti, mi Dios;
Y, entonces, pueda morar el Padre en mí,
      pueda venir el bendito Jesús con sanidad
         en su mano,
    pueda el Espíritu Santo descender con
      gracia santificante;

¡Oh Santísima Trinidad! tres Personas y un solo Dios,
    habita en mí, un templo consagrado a tu gloria.
Cuando estás presente, el mal no puede permanecer;

En tu compañerismo hay plenitud de gozo,
Detrás de tu sonrisa hay una conciencia en paz,
A tu lado ningún temor me molesta,
    ningún miedo aleja mi paz espiritual,
Contigo mi corazón florecerá fragante;
Ayúdame a llegar, a través del arrepentimiento,
    a tu morada.

Nada supera tu poder,
No hay nada tan difícil, que no lo puedas hacer,
No hay nada tan bueno, que no lo puedas dar.
    Tu poder es infinito, y tu amor sin límites,
    ilimitada tu gracia, y glorioso tu nombre salvador.

Que los ángeles canten por 
            los pecadores arrepentidos,
            los pródigos restaurados,
            los reincidentes restituidos,
            los cautivos de satanás liberados,
            los ojos de los ciegos abiertos,
            los corazones rotos vendados,
            los abatidos que son animados,
            los justos en sus propios ojos, desnudados,
            los formalistas expulsados del refugio de la mentira,
            los ignorantes iluminados,
            y los santos edificados en su santa fe.

Pido grandes cosas a un gran Dios.



Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

DIOS, MI TODO


Oh Dios cuya voluntad todo lo vence!

No hay consuelo en nada, sino en
        disfrutar de ti
    y en dedicarme a tu servicio;

Tú eres mi todo, todos los placeres son lo que
    hagas en ellos para mí, y nada más.

Estoy muy complacido con tu voluntad; cualquiera que ésta sea
    o debiera ser en todos los aspectos,

Si me ofrecieras decidir por mí mismo en cualquier cosa,
    Yo elegiría dejártelo todo a ti,
    porque tú eres infinitamente sabio y no puedes hacer mal alguno,
    como yo que estoy en peligro de hacerlo.

Me alegra pensar que todas las cosas están a tu disposición,
    y estoy encantado de dejarlas allí.

Entonces mi oración se convierte por completo en alabanza,
    y lo único que puedo hacer es adorarte y bendecirte.

¿Cómo podré pagarte por todos tus beneficios?
    Estoy en un dilema, sin saber qué hacer;

Deseo mucho hacer algún cambio, pero no tengo nada que
    ofrecerte,
    sólo puede regocijarme de que Tú lo haces todo,
    que no compartes tu honra con nadie, ni en el cielo ni en la tierra;

No puedo hacer nada por mí mismo que glorifique tu bendito
      nombre,
    pero por tu gracia puedo entregarme alegremente 
      en cuerpo y alma a ti,

Sé que Tú eres el autor y consumador de la fe,
     que toda la obra de redención es solamente tuya,
     que toda buena obra o pensamiento encontrado en mí
         es el efecto de tu gracia y poder,
     que tu único motivo para producir en mí el querer
      y el hacer es tu buena voluntad.

Oh Dios, es increíble que los hombres puedan hablar tanto
    sobre la bondad y el poder humano,
    cuando, si Tú no nos detuvieras en cada momento,
    seríamos demonios encarnados.

Esto, en mi amarga experiencia,
es lo que tú me has enseñado acerca de mí mismo.




Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

miércoles, 31 de octubre de 2012

NECESIDAD DE GRACIA



Oh, Señor,

Tú conoces mi gran ineptitud para el servicio,
          mi falta de vida actual,
          mi incapacidad para hacer algo por tu gloria,
          mi inquietante frialdad de corazón.

Soy débil, ignorante e inútil,
me detesto y aborrezco a mí mismo.

Estoy desconcertado, no sé qué quieres 
que haga,
pues me siento increíblemente abandonado por ti,
y siento tu presencia tan poco;

Me has cargado con los pecados de mi juventud,
y con el terrible pecado de mi naturaleza,
por lo que me siento todo pecado,

No puedo pensar o actuar, cada uno de mis movimientos es pecado.
¡Vuelve nuevamente con una lluvia de gracia salvadora
a un pobre pecador que abusa del evangelio!

Ayuda a mi alma a que anhele la santidad,
       anhele una devoción constante a ti,
       anhele crecer en gracia abundantemente todos los días.

Oh Señor, estoy perdido en la búsqueda de esta bendición,
     Y a punto de hundirme porque no logro obtener
 mi deseo;

Ayúdame a aguantar un poco más,
hasta que llegue la hora feliz de la liberación,
porque no puedo levantar mi alma a Ti
si Tú en tu bondad no me traes cerca a Ti.

Ayúdame a ser cuidadoso, vigilante, sensible
para no ofender a mi bendito amigo,
con el pensamiento ni con el comportamiento;

Confío en ti y me apoyo en ti,
te necesito en todo momento para ayudarme y guiarme.

¡Que todos mis angustias y temores
no demuestren otra cosa sino la instrucción de Cristo,
haciéndome apto para un mayor servicio
enseñándome la gran lección de humildad.




Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth


jueves, 18 de octubre de 2012

LOS "NUNCA" DEL EVANGELIO


Oh, Señor,

Que nunca deje de conocer
                la verdad,
  nunca descanse cómodamente en doctrinas, que aunque bíblicas,
           no produzcan o promuevan la salvación,
           no me enseñen a rechazar la impiedad y
                los deseos mundanos,
           no me ayuden a vivir de manera prudente, justa y piadosa;

Que nunca confíe en mis propias convicciones y resoluciones,
      pero que sea fuerte en ti y en tu poder;
 
Nunca deje de considerar tu gracia suficiente
      en todas mis tareas, pruebas y conflictos;

Nunca me olvide de encomendarme a ti,
      en todas mis aflicciones espirituales y problemas terrenales,
      en todas las insatisfacciones experimentadas como criatura;

Nunca deje de refugiarme en Aquel que está lleno de gracia y verdad,
      el amigo que ama en todo tiempo,
      quien se compadece de mis debilidades,
      y que puede hacer mucho en mi favor;

Nunca limite mi religión a ocasiones extraordinarias
      sino que te reconozca en todos mis caminos;

Nunca limite mis devociones a algunas horas,
      pero que pueda estar en tu temor durante todo el día;

Nunca  me comporte piadosamente sólo en el día del Señor,
      o en tu casa, sino durante todos los días, fuera de ella
        y en el hogar. 

Nunca haga de la piedad un vestido ocasional, sino mi hábito,
      y no sólo un hábito, sino mi naturaleza,
      no sólo mi naturaleza, sino mi vida.

Bendíceme por medio de todas tus dispensaciones,
    por todos los medios de gracia,
    por la adoración, oración y alabanzas,
Y al fin, déjame entrar en ese mundo donde no hay
    ningún templo, sino sólo tu gloria
    y la del Cordero.



Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

sábado, 13 de octubre de 2012

EL LLANTO DE UN PECADOR CONVENCIDO


Oh soberano justo y santo,

En tus manos esta mi vida y tuyos son todos
       mis caminos,

¡Guárdame de coquetear con la fe!
    fíjame firmemente a ella,
    porque soy indeciso;
    mis decisiones son como el humo y el vapor,
    y no te glorifico a ti,
    ni me comporto de acuerdo a tu voluntad;

No me deseches antes que mis pensamientos 
      se afirmen en resoluciones,
    y los brotes de mi alma florezcan plenamente,
    porque tú eres indulgente y bueno,
    paciente y amable.

Sálvame de mí mismo,
    de los artificios y engaños del pecado,
    de la perfidia de mi naturaleza perversa,
    de negar tu inclinación santa contra mis delitos,
    de una vida de rebelión continua contra ti,
    de principios, medios y fines erróneos,
    porque sé que todos mis pensamientos, afectos,
      deseos y búsquedas están alejados de ti.

He actuado como si te odiara, aunque tú mismo
      eres amor;
   he planeado tentarte hasta lo sumo,
   he agotado tu paciencia;
   he vivido con maldad de palabra y acción.

Si yo hubiera sido un príncipe,
    hace tiempo hubiera aplastado un rebelde así;
Si yo hubiera sido un padre,
    hace tiempo hubiera rechazado un hijo así.

Oh, tú Padre de mi espíritu,
    Rey de mi vida,
      No me arrojes a la destrucción,
      ni me eches de tu presencia,
      pero quebranta mi corazón para que pueda sanarse,
      quebrántalo, para que tu propia mano
         pueda salvarlo.



Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

martes, 2 de octubre de 2012

EL SALVADOR


Dios de toda gracia,

Me has provisto un Salvador,
          produce en mí fe para vivir en él,
    para que él sea todo lo que deseo,
      toda mi esperanza,
      toda mi gloria.

Quiero habitar en él como mi refugio,
    construir sobre él como mi fundamento,
    caminar en él como mi senda,
    seguirlo como mi guía,
    conformarme a él como mi ejemplo,
    recibir sus instrucciones como mi profeta,
    confiar en su intercesión como mi Sumo Sacerdote,
    obedecerle como mi rey.

Que nunca me avergüence de él o de sus palabras,
       sino déjame llevar su vituperio con gozo;
    nunca le desagrade por conducta impía o imprudente;
    nunca considere una gloria, si pecando 
       soy abofeteado y lo soporto, 
    nunca haga de la multitud mi modelo,
    nunca me demore cuando tu Palabra me invite a
      avanzar.

Que tu Hijo querido me libre de este mundo perverso,
    para que sus sonrisas nunca me seduzcan,
    sus gruñidos me aterroricen,
    sus vicios me ensucien,
    ni sus errores me engañen.

Llévame a sentir que soy un extranjero y peregrino
      en este mundo,
    declarando claramente que busco una patria,
    con mi título a ella haciéndose cada día más claro,
    mi aptitud a ella más perfecta,
    mis anticipos de ella más abundantes;
    y que todo lo que haga pueda hacerlo
      en nombre del Salvador.



Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

miércoles, 29 de agosto de 2012

DIOS, FUENTE DE TODO BIEN



Oh Señor Dios, que habitas en la eternidad,


Los cielos cuentan tu gloria,
          la tierra tus riquezas,
el universo es tu templo;
Tu presencia llena la inmensidad,
Y sin embargo, te has complacido en dar vida,
    y traer felicidad;

Tú has hecho de mí lo que soy, y me has dado
    lo que tengo;
en ti vivo, me muevo y tengo mi ser;
Tu providencia ha establecido los límites de mi habitación,
    y sabiamente administras todos mis asuntos.

Te doy gracias por las riquezas que me das en Jesús,
    por tu revelación clara de él en tu Palabra,
    donde contemplo su persona, su carácter, su gracia, su gloria,
    sus humillaciones y sufrimientos, su muerte y resurrección;

Permíteme sentir la necesidad de su continua salvación,
    y de exclamar como Job: "Yo soy vil",
    como Pedro, "soy un pecador",
    y como el publicano: "Se propicio a mí, pecador".

Vence en mí el amor al pecado,
Hazme saber mi necesidad de restauración, así como
      de perdón,
    con el fin de servirte y disfrutar de ti para siempre.

Vengo a ti en el nombre que es sobre todo nombre, de Jesús,
    sin nada en mí con que reclamar,
    sin buenas obras, ni méritos, ni promesas.

A menudo me extravío,
    a menudo me opongo deliberadamente a tu autoridad,
    a menudo abuso de tu bondad;
Gran parte de mi culpa nace de mis privilegios en Ti,
    mi menosprecio de ellos,
    mi fracaso para usarlos en mi favor,
Pero no soy indiferente a tu favor o insensible a tu gloria;

Séllame profundamente con un sentido de tu
      omnipresencia, porque tú eres mi sendero,
      mis caminos, mi reposo, mi fin.



Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

jueves, 9 de agosto de 2012

HUMILDAD EN EL SERVICIO



Dios Poderoso,

Estoy humillado por el uso indebido de mis facultades,
       las oportunidades descuidadas,
       las palabras imprudentes,

Me arrepiento de mis métodos insensatos y desconsiderados,
    mis resoluciones rotas, mi servicio deshonesto,
    mis pasos rebeldes,
    mis pensamientos vanos.

¡Oh entierra mis pecados en el océano de la sangre de Jesús!
    Que no resulte maldad de mi temperamento irritable,
      comportamiento indecoroso, mezquindad provocadora.

Si por falta de amabilidad he herido o lastimado a alguno,
    sánale con el bálsamo de tu consuelo celestial;
Si he visto con frialdad la necesidad, la miseria, la aflicción,
    en tu justo enojo, no me abandones;
Si he omitido el aliviar la pobreza y el dolor,
    no me niegues tu bondad inmerecida;
Si he rechazado a aquellos que me han ofendido,
    mantén abierta la puerta de tu corazón a mi necesidad.

¡Lléname con un océano desbordante de compasión!,
    que el reino de amor sea mi motivo,
    que la ley del amor sea mi regla.

¡Oh Dios de toda gracia, hazme más agradecido,
      más humilde!;
Inspírame con un profundo sentido de mi indignidad 
      derivado de
            la depravación de mi naturaleza, 
            mis obligaciones omitidas,
            mis dones no trabajados,
            la violación de tus mandamientos.

Con todas mis oraciones de gratitud y alegría
      permíteme recordar
        que tengo razones para pesarme
          y humillarme;

¡Oh, dame arrepentimiento para vida;
Fíjame en unidad con mi bendito Señor,
    que la fe se adhiera a él con más firmeza,
    que el amor llegue a entrelazarse a su alrededor 
      con más fuerza,
    ¡Que su Espíritu impregne cada fibra
      de mi ser!

Entonces, envíame a dar a conocer su Nombre
      entre mis hermanos los hombres.



Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth


DONES DE LA GRACIA



Oh Señor de Gracia,

El mundo está ante mí el día de hoy,
          estoy débil y temeroso,
    pero te busco para fortalecerme;

Si me aventuro solo, tropezaré y caeré,
    pero en los brazos del Amado estoy firme,
      como una de las colinas eternas;

Abandonado a la traición de mi corazón
      avergonzaré tu Nombre,
    pero si soy iluminado, guiado y sostenido por tu Espíritu,
      Te voy a dar gloria.

Se tú mi brazo para sostenerme,
          mi fuerza para perseverar,
          mi luz para ver,
          mis pies para correr,
          mi escudo de protección,
          mi espada para defenderme,
          mi sol para calentarme.

Enriquecerme no disminuirá tus riquezas;
Toda tu misericordia está en tu Hijo,
Te lo traigo en los brazos de la fe,
Apelo a su nombre como el de Aquel que murió por mí.
Imploro por su sangre para pagar mis deudas de maldad.
Acepta su dignidad por mi indignidad,
    su vida perfecta por mis transgresiones,
    su pureza por mi inmundicia,
    su sinceridad por mi engaño,
    su verdad por mis mentiras,
    su mansedumbre por mi soberbia,
    su perseverancia por mi inconstancia,
    su amor por mi enemistad,
    su plenitud por mi vacío,
    su fidelidad por mi traición,
    su obediencia por mis delitos,
    su gloria por mi vergüenza,
    su devoción por mi rebeldía,
    su vida santa por mis caminos impuros,
    su justicia por mis obras muertas,
    su muerte por mi vida.


Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

martes, 17 de julio de 2012

EL DISCÍPULO SE RENUEVA



Oh mi Salvador,

¡Ayúdame!
             Soy tan lento en aprender,
             tan propenso a olvidar,
             tan débil para avanzar;

Estoy al pie de tu montaña cuando debería estar
      en las alturas;

Estoy afligido por mi corazón sin gracia,
    mis días sin oración,
    mi pobreza en amar,
    mi pereza en la carrera celestial,
    mi conciencia manchada,
    mi tiempo perdido,
    mis oportunidades desperdiciadas.

Estoy ciego mientras la luz brilla a mi alrededor:
    quita las escamas de mis ojos,
    ¡Pulveriza mi corazón malo e incrédulo!

Has mi gozo supremo el estudiar de ti,
    meditar en ti,
    contemplarte a ti,
    sentarme como María a tus pies,
    recostarme como Juan en tu pecho,
    recurrir a tu amor como Pedro,
    tener todas las cosas por basura como Pablo.

Dame crecimiento y progreso en la gracia
      de modo que tenga
    más determinación en mi carácter,
    más vigor en mis propósitos,
    más piedad en mi vida,
    más fervor en mis oraciones,
    más constancia en mi celo.

Así como me diste un lugar en este mundo,
    no dejes que haga del mundo mi hogar;
Que nunca busque en la criatura
    lo que sólo se puede encontrar en el Creador;
No dejes que la fe cese de buscarte
    hasta que se desvanezca a la vista.

Muévete en mí, oh Rey de reyes
      y Señor de señores,
    para que yo pueda vivir victoriosamente,
      y en victoria alcanzar mi meta.



Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth.

jueves, 12 de julio de 2012

UN LLANTO POR LIBERACIÓN


Padre Celestial,

¡Sálvame completamente del pecado!

         Sé que soy justo por la
         justicia de otro,
    pero suspiro y languidezco por parecerme a ti.

Soy tu hijo y debo tener tu imagen,
Ayúdame a reconocer mi muerte al pecado;
Cuando me tiente, hazme sordo a su voz.
Líbrame de la invasión, así como
    del dominio del pecado.

Concédeme el caminar como Cristo caminó,
      el vivir en la nueva vida,
      la vida de amor, la vida de fe,
      la vida de santidad.

Aborrezco mi cuerpo de muerte,
    su pereza, envidia, maldad y orgullo.
Perdona, y mata estos vicios,
    ten misericordia de mi incredulidad,
    de mi corazón corrupto y errante.

Cuando llegan tus bendiciones, empiezo a idolatrarlas,
    pongo mi afecto en algún objeto amado -
      hijos, amigos, riqueza, honor;
¡Límpiame de este adulterio espiritual y dame castidad;
    cierra mi corazón a cualquier cosa, menos a ti!

El pecado es mi mayor maldición;
Que tu victoria sea evidente para mi conciencia,
    y se muestre en mi vida.

Ayúdame a ser siempre fiel, confiado, obediente,
      sumiso, a confiar en ti como un niño:
    para amarte con mi alma, cuerpo, mente, y fuerzas,
    para amar a mi prójimo como a mí mismo,
    para ser salvo de mi carácter no regenerado,
      de malos pensamientos, palabras calumniosas, maldades,
      modales poco amables,
    para dominar mi lengua y guardar la puerta
      de mis labios.

Lléname de tu gracia diariamente,
    Y que mi vida sea una fuente
    de agua dulce.




Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

martes, 3 de julio de 2012

LAS PROFUNDIDADES


Señor Jesús,

Dame un arrepentimiento más profundo, 
    dame horror del pecado, 
    y terror de su cercanía. 
Ayúdame a huir con la conciencia limpia 
    y a resolver celosamente 
    que mi corazón será solo tuyo. 

Dame una confianza más profunda en Ti,
que pierda mi vida para hallarla en Ti, 
    la base de mi reposo, 
    la fuente de mi ser. 

Dame un conocimiento más profundo de ti,
     como Salvador, Maestro, Señor, y Rey. 
Dame más poder en mis oraciones privadas, 
    y más dulzura en Tu Palabra, 
    permíteme aferrarme firmemente en tu Verdad
Dame más santidad en mi hablar, pensar, actuar, 
    y no dejes que busque la virtud moral lejos de Ti.

Ara y cava profundamente en mí, Señor mío, 
Labrador celestial, 
    que todo mi ser sea como un campo cultivado,
    con las raíces de tu gracia creciendo a lo largo y ancho,
    hasta que sólo Tú seas visto en mí, 
Tu hermosura de oro como cosecha de verano, 
Y tu mucho fruto como otoño abundante.

No tengo otro amo, sino a Ti,
    otra ley, sino tu voluntad, 
    ningún deleite, sino Tú mismo, 
    ninguna riqueza, sino lo que me has dado 
    nada bueno, sino lo que Tú has bendecido
    ninguna paz, sino la que Tú me otorgas.

Yo no seré nada, sino lo que Tú hagas en mí. 
No tengo nada, sino lo que recibo de ti. 
     Yo no puedo ser nada más de lo que, en tu gracia, Tú me adornes. 
Excava en mi hasta lo más profundo, querido Señor, 
    y luego lléname hasta rebosar de agua viva.




Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

miércoles, 27 de junio de 2012

PRIMERA ORACIÓN DE UN CONVERTIDO



Padre mío, 

Nunca habría buscado mi felicidad 
      en tu amor, 
   a menos que tú me hayas amado primero. 

Tu Espíritu, por gracia, me movió a buscarte,  
   me dio a conocer la reconciliación en Jesús, 
   me ha enseñado a creer, 
   me ha ayudado a tomarte como mi Dios 
     y mi porción.

¡Concédeme crecer en el conocimiento 
      y en la experiencia de tu amor, 
    y andar en él todo el camino hacia la gloria!

Bendito sea tu afecto paternal por toda la eternidad, 
   pues me elegiste para ser uno de tus hijos 
   por la fe en Jesús:
Te doy gracias por darme el deseo de vivir como tal.
En Jesús, mi hermano, tengo nuevo nacimiento, 
   poder que refrena,
   gracia que renueva. 
Por tu Espíritu: te llamo Padre, 
   creo en ti, y te amo a ti. 

Fortaléceme para cada propósito 
   de mi vida cristiana; 
que tu Espíritu me muestre continuamente mis tesoros 
    en Cristo, 
    y abra para mí las riquezas de tu amor en Él; 
Que permanezca en mí, y así yo pueda conocer mi unión 
   con Jesús, 
   y entre en comunión constante con él; 

Por tu Espíritu puedo vivir día a día para ti, 
   gozarme en tu amor;
   encontrarlo igual, tanto para mí como para tu Hijo; 
   y arraigarme y cimentarme en él 
     como una casa sobre la roca; 

Sé muy poco, 
   aumenta mi conocimiento de tu amor en Jesús, 
   y mantenme en la carrera hacia descubrimientos más claros 
    del mismo, 
   de manera que encuentre su plenitud eterna; 

Extiende tu amor para mí según su grandeza, 
   y no de acuerdo a mis traiciones u oraciones; 
   y en cualquier circunstancia en que me pongas, 
   deje que aumente mi amor a ti.


Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

domingo, 24 de junio de 2012

NECESIDAD DE JESÚS



Señor Jesús,

Estoy ciego, sé mi luz,
soy ignorante, sé mi sabiduría,
obstinado, has mía tu voluntad.

Abre mis oídos para captar rápidamente la voz de tu Espíritu
y correr con placer hacia su mano que me llama;

Derrite mi conciencia hasta que no quede dureza alguna,
avívala ante el menor contacto con el mal;

Cuando se acerque Satanás, déjame huir a tus heridas,
y dejar de temer ante toda amenaza.

Sé mi buen pastor, quien me lleve 
a los verdes y delicados pastos de tu Palabra,
y me haga descansar junto a las aguas de reposo.

Lléname de tu paz, que ningún viento inquietante del mundo
agite la superficie serena de mi alma.

Tu cruz fue levantada para que sea mi refugio,
Tu sangre fluyó para que me lave,
Tu muerte ocurrió para darme garantía de vida eterna,
Tu nombre es la heredad que me salva,

Por ti, todo el cielo es derramado en mi corazón,
pero éste es demasiado estrecho para comprender tu amor.

Yo era un extraño, un marginado, un esclavo, un rebelde,
pero tu cruz me ha traído cerca a ti,
ha suavizado mi corazón,
me ha hecho hijo de tu Padre,
me ha admitido en tu familia,
me ha hecho coheredero contigo.

¡Oh, que yo pueda amarte como tú me amas,
y pueda andar como es digno de ti, mi Señor,
que yo pueda reflejar la imagen del Primogénito de la creación!

Permíteme ver siempre tu belleza con los ojos claros
de la fe,
y sentir el poder de tu Espíritu en mi corazón,
porque a menos que se mueva poderosamente en mí
no se encenderá fuego en mi interior.



Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth 

miércoles, 20 de junio de 2012

ARREPENTIMIENTO CONTINUO


Oh Dios de toda gracia!


Has imputado mis pecados a un sustituto,
   y has imputado su justicia a mi alma,
   vistiéndome con trajes de boda,
   cubriéndome con joyas de santidad.

Pero en mi caminar cristiano todavía me cubro de harapos;
   mis mejores oraciones están manchadas de pecado;
   mis lágrimas de penitencia son tan impuras;
   mis confesiones agravan mis pecados;
   mi recepción del Espíritu está teñida de
     egoísmo.

Necesito arrepentirme de mi arrepentimiento;
Necesito lavar mis lágrimas;
No tengo ropas limpias para cubrir mis pecados,
   ni hilos para tejer mi propia justicia;
Siempre estoy cubierto de ropas sucias,
   y por tu gracia siempre recibo el cambio de
     mis vestidos,
  porque sólo tú justificas al impío; 


Siempre me marcho al país lejano,
   y siempre vuelvo a casa como el hijo pródigo,
   siempre diciendo: Padre, perdóname,
   y tú siempre sacas para mí
     el mejor vestido. 


Déjame usarlo todas las mañanas,
   y regresar cada noche en él,
   salir a trabajar en él,
   casarme en él,
   ser herido de muerte en él,
   comparecer ante el Gran Trono Blanco en él,
   y entrar en el cielo en él, brillando como el sol.

Concédeme el no perder de vista nunca
   la gran maldad del pecado,
   tu gran justicia en mi salvación,
   la gran gloria de Cristo,
   la grandiosa belleza de la santidad,
   la maravilla de la gracia.



Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth 

domingo, 17 de junio de 2012

PARADOJAS


Oh Dios inmutable,

Bajo la convicción de tu Espíritu aprendo que
   mientras más hago, peor soy,
   mientras más conozco, menos conozco,
   mientras más santidad tengo, más pecador soy,
   mientras más amo, más necesidad de amar veo.
   ¡Oh qué miserable hombre soy!

Oh Señor,
Tengo un corazón salvaje,
   y no puedo permanecer tranquilo en tu presencia;
soy como las aves delante de los hombres.
¡Cuán poco amo tu verdad y tus caminos!
Descuido la oración,
   pensando que he orado lo suficiente, o ardientemente,
   contentándome en que has salvado mi alma.

De todos los hipócritas, líbrame de ser
      un hipócrita evangélico,
   que peca con tranquilidad porque la gracia abunda,
   que le dice a sus pasiones que la sangre de Cristo las limpia,
   que piensa que Dios no puede arrojarle en el infierno, porque es salvo,
   que ama la predicación evangélica, a las iglesias,
      a los cristianos, pero vive impíamente.

Mi mente es un balde sin fondo,
   no tiene entendimiento espiritual,
   ni deseo por el Día del Señor,
   que siempre está aprendiendo pero nunca alcanza la verdad,
   siempre en la fuente del evangelio pero nunca reteniendo agua.

Mi conciencia se encuentra sin convicción ni contrición,
   no siente nada de qué arrepentirse.
Mi voluntad no tiene poder de decisión o resolución.
Mi corazón no tiene afecto y está lleno de filtraciones.
Mi memoria no retiene,
   y olvida fácilmente las lecciones aprendidas,
   tus verdades se fugan y se van.

Dame un corazón quebrantado
que lleve a casa el agua de tu gracia.




Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth