martes, 15 de enero de 2013
LA VOLUNTAD DIVINA
Oh, Señor,
Me aferro a ti; veo, creo y vivo,
cuando tu voluntad es hecha, no la mía;
No puedo reclamar nada a mi favor
respecto a dignidad o gracia alguna,
respecto a tu providencia y tus promesas,
solamente tu buena voluntad.
Si tu misericordia me hace pobre y vil, ¡bendito seas!
Las oraciones que surgen de mis necesidades me preparan
para misericordias futuras;
Ayúdame a honrarte al creerte antes que sentirte,
porque grande es el pecado si hago al sentir una
causa de fe.
Muéstrame qué pecados te esconden de mí
y eclipsan tu amor;
Ayúdame a caminar en humildad por mis maldades pasadas,
y a resolver caminar con más cuidado,
Porque si no camino santamente delante de ti,
¿cómo puedo estar seguro de mi salvación?
A los mansos y humildes haces conocer
tu pacto,
conocen tu voluntad, son perdonados y sanados,
ellos por fe dependen y descansan en tu gracia,
son santificados y vivificados,
son evidencia de tu amor.
Ayúdame a orar con fe y así encontrar tu voluntad,
aferrándome fuertemente a tu misericordia rica y gratuita,
creyendo que darás lo que tú has prometido;
Fortaléceme para orar con la convicción
de que todo lo que recibo es un regalo tuyo,
de manera que pida hasta que la oración sea concedida;
Enséñame a creer que todos los grados de la misericordia surgen
de varios grados de oración,
que cuando la fe se inicia es imperfecta y debe crecer,
como la tierra agrietada que se abre más y más
hasta que la lluvia viene.
Así esperaré tu voluntad, y rogaré para que sea hecha,
y por tu gracia llegaré a ser completamente obediente.
Por Arthur G. Bennett
editor de “The Valley of Vision: A collection of Puritan Prayers & Devotions”
publicado por Banner of Truth
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario