miércoles, 29 de agosto de 2012

DIOS, FUENTE DE TODO BIEN



Oh Señor Dios, que habitas en la eternidad,


Los cielos cuentan tu gloria,
          la tierra tus riquezas,
el universo es tu templo;
Tu presencia llena la inmensidad,
Y sin embargo, te has complacido en dar vida,
    y traer felicidad;

Tú has hecho de mí lo que soy, y me has dado
    lo que tengo;
en ti vivo, me muevo y tengo mi ser;
Tu providencia ha establecido los límites de mi habitación,
    y sabiamente administras todos mis asuntos.

Te doy gracias por las riquezas que me das en Jesús,
    por tu revelación clara de él en tu Palabra,
    donde contemplo su persona, su carácter, su gracia, su gloria,
    sus humillaciones y sufrimientos, su muerte y resurrección;

Permíteme sentir la necesidad de su continua salvación,
    y de exclamar como Job: "Yo soy vil",
    como Pedro, "soy un pecador",
    y como el publicano: "Se propicio a mí, pecador".

Vence en mí el amor al pecado,
Hazme saber mi necesidad de restauración, así como
      de perdón,
    con el fin de servirte y disfrutar de ti para siempre.

Vengo a ti en el nombre que es sobre todo nombre, de Jesús,
    sin nada en mí con que reclamar,
    sin buenas obras, ni méritos, ni promesas.

A menudo me extravío,
    a menudo me opongo deliberadamente a tu autoridad,
    a menudo abuso de tu bondad;
Gran parte de mi culpa nace de mis privilegios en Ti,
    mi menosprecio de ellos,
    mi fracaso para usarlos en mi favor,
Pero no soy indiferente a tu favor o insensible a tu gloria;

Séllame profundamente con un sentido de tu
      omnipresencia, porque tú eres mi sendero,
      mis caminos, mi reposo, mi fin.



Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth

jueves, 9 de agosto de 2012

HUMILDAD EN EL SERVICIO



Dios Poderoso,

Estoy humillado por el uso indebido de mis facultades,
       las oportunidades descuidadas,
       las palabras imprudentes,

Me arrepiento de mis métodos insensatos y desconsiderados,
    mis resoluciones rotas, mi servicio deshonesto,
    mis pasos rebeldes,
    mis pensamientos vanos.

¡Oh entierra mis pecados en el océano de la sangre de Jesús!
    Que no resulte maldad de mi temperamento irritable,
      comportamiento indecoroso, mezquindad provocadora.

Si por falta de amabilidad he herido o lastimado a alguno,
    sánale con el bálsamo de tu consuelo celestial;
Si he visto con frialdad la necesidad, la miseria, la aflicción,
    en tu justo enojo, no me abandones;
Si he omitido el aliviar la pobreza y el dolor,
    no me niegues tu bondad inmerecida;
Si he rechazado a aquellos que me han ofendido,
    mantén abierta la puerta de tu corazón a mi necesidad.

¡Lléname con un océano desbordante de compasión!,
    que el reino de amor sea mi motivo,
    que la ley del amor sea mi regla.

¡Oh Dios de toda gracia, hazme más agradecido,
      más humilde!;
Inspírame con un profundo sentido de mi indignidad 
      derivado de
            la depravación de mi naturaleza, 
            mis obligaciones omitidas,
            mis dones no trabajados,
            la violación de tus mandamientos.

Con todas mis oraciones de gratitud y alegría
      permíteme recordar
        que tengo razones para pesarme
          y humillarme;

¡Oh, dame arrepentimiento para vida;
Fíjame en unidad con mi bendito Señor,
    que la fe se adhiera a él con más firmeza,
    que el amor llegue a entrelazarse a su alrededor 
      con más fuerza,
    ¡Que su Espíritu impregne cada fibra
      de mi ser!

Entonces, envíame a dar a conocer su Nombre
      entre mis hermanos los hombres.



Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth


DONES DE LA GRACIA



Oh Señor de Gracia,

El mundo está ante mí el día de hoy,
          estoy débil y temeroso,
    pero te busco para fortalecerme;

Si me aventuro solo, tropezaré y caeré,
    pero en los brazos del Amado estoy firme,
      como una de las colinas eternas;

Abandonado a la traición de mi corazón
      avergonzaré tu Nombre,
    pero si soy iluminado, guiado y sostenido por tu Espíritu,
      Te voy a dar gloria.

Se tú mi brazo para sostenerme,
          mi fuerza para perseverar,
          mi luz para ver,
          mis pies para correr,
          mi escudo de protección,
          mi espada para defenderme,
          mi sol para calentarme.

Enriquecerme no disminuirá tus riquezas;
Toda tu misericordia está en tu Hijo,
Te lo traigo en los brazos de la fe,
Apelo a su nombre como el de Aquel que murió por mí.
Imploro por su sangre para pagar mis deudas de maldad.
Acepta su dignidad por mi indignidad,
    su vida perfecta por mis transgresiones,
    su pureza por mi inmundicia,
    su sinceridad por mi engaño,
    su verdad por mis mentiras,
    su mansedumbre por mi soberbia,
    su perseverancia por mi inconstancia,
    su amor por mi enemistad,
    su plenitud por mi vacío,
    su fidelidad por mi traición,
    su obediencia por mis delitos,
    su gloria por mi vergüenza,
    su devoción por mi rebeldía,
    su vida santa por mis caminos impuros,
    su justicia por mis obras muertas,
    su muerte por mi vida.


Por Arthur Bennett - Editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth