martes, 17 de julio de 2012

EL DISCÍPULO SE RENUEVA



Oh mi Salvador,

¡Ayúdame!
             Soy tan lento en aprender,
             tan propenso a olvidar,
             tan débil para avanzar;

Estoy al pie de tu montaña cuando debería estar
      en las alturas;

Estoy afligido por mi corazón sin gracia,
    mis días sin oración,
    mi pobreza en amar,
    mi pereza en la carrera celestial,
    mi conciencia manchada,
    mi tiempo perdido,
    mis oportunidades desperdiciadas.

Estoy ciego mientras la luz brilla a mi alrededor:
    quita las escamas de mis ojos,
    ¡Pulveriza mi corazón malo e incrédulo!

Has mi gozo supremo el estudiar de ti,
    meditar en ti,
    contemplarte a ti,
    sentarme como María a tus pies,
    recostarme como Juan en tu pecho,
    recurrir a tu amor como Pedro,
    tener todas las cosas por basura como Pablo.

Dame crecimiento y progreso en la gracia
      de modo que tenga
    más determinación en mi carácter,
    más vigor en mis propósitos,
    más piedad en mi vida,
    más fervor en mis oraciones,
    más constancia en mi celo.

Así como me diste un lugar en este mundo,
    no dejes que haga del mundo mi hogar;
Que nunca busque en la criatura
    lo que sólo se puede encontrar en el Creador;
No dejes que la fe cese de buscarte
    hasta que se desvanezca a la vista.

Muévete en mí, oh Rey de reyes
      y Señor de señores,
    para que yo pueda vivir victoriosamente,
      y en victoria alcanzar mi meta.



Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth.

No hay comentarios:

Publicar un comentario