sábado, 13 de octubre de 2012
EL LLANTO DE UN PECADOR CONVENCIDO
Oh soberano justo y santo,
En tus manos esta mi vida y tuyos son todos
mis caminos,
¡Guárdame de coquetear con la fe!
fíjame firmemente a ella,
porque soy indeciso;
mis decisiones son como el humo y el vapor,
y no te glorifico a ti,
ni me comporto de acuerdo a tu voluntad;
No me deseches antes que mis pensamientos
se afirmen en resoluciones,
y los brotes de mi alma florezcan plenamente,
porque tú eres indulgente y bueno,
paciente y amable.
Sálvame de mí mismo,
de los artificios y engaños del pecado,
de la perfidia de mi naturaleza perversa,
de negar tu inclinación santa contra mis delitos,
de una vida de rebelión continua contra ti,
de principios, medios y fines erróneos,
porque sé que todos mis pensamientos, afectos,
deseos y búsquedas están alejados de ti.
He actuado como si te odiara, aunque tú mismo
eres amor;
he planeado tentarte hasta lo sumo,
he agotado tu paciencia;
he vivido con maldad de palabra y acción.
Si yo hubiera sido un príncipe,
hace tiempo hubiera aplastado un rebelde así;
Si yo hubiera sido un padre,
hace tiempo hubiera rechazado un hijo así.
Oh, tú Padre de mi espíritu,
Rey de mi vida,
No me arrojes a la destrucción,
ni me eches de tu presencia,
pero quebranta mi corazón para que pueda sanarse,
quebrántalo, para que tu propia mano
pueda salvarlo.
Por Arthur Bennett - editor del libro
“The Valley of Vision: Una Colección de Oraciones Puritanas”
publicado por Banner of Truth
Etiquetas:
convencimiento,
llanto,
oraciones,
pecador,
puritanas,
valley of vision
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario